Fuente: TELEDIARIO
Por Miguel Angel Pu... Mié, 2010-06-09 15:59
La escalada de violencia que vive México producto de la llamada guerra contra el narcotráfico parece no resolver en gran medida el flagelo que representa esta actividad en el país.
Los homicidios son la constante de esta guerra, que ya coloca a México como el país sin guerra con más muertes a nivel mundial.
Creo que más allá del combate con armas faltan políticas públicas que desincentiven esta actividad a todas luces lucrativa y de fácil acceso a jóvenes sin una oportunidad de desarrollo y superación.
Más allá de ver el narcotráfico como un problema de seguridad, también le ha faltado al gobierno, tanto de este país como del resto de las naciones de América Latina, verlo como un problema que tiene sus raíces en una sociedad escasa de oportunidades para desarrollarse.
Un ejemplo claro son los cinturones de miseria que se encuentran en las grandes ciudades y donde los traficantes encuentran a sus futuros reclutas, jóvenes acostumbrados a vivir en un ambiente de violencia, de pocas opciones de estudio, que terminan viendo como ejemplos de vida a los “nuevos ricos” que han hecho sus ganancias gracias al comercio de drogas.
No hay programas sociales enfocados a tratar a los adictos como enfermos en lugar de tratarlos como delincuentes, por eso es que las cárceles están llenas de detenciones triunfalistas por parte de las autoridades, que hablan de cientos de miles de detenidos por cuestiones de narcotráfico cuando en su mayoría saben que solamente son vendedores al menudeo o adictos a algún tipo de droga.
El debate pues creo que debe no centrarse únicamente en la guerra contra narcotraficantes de talla, sino contra el fenómeno social que amenaza en convertir esta guerra en una que no tendrá fin.
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